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El dulce forma parte importante de las celebraciones religiosas en todo el mundo. Durante festividades importantes como la Pascua de los católicos, el Ramadán de los musulmanes o fiestas de la tradición judía como el Yom Kipur y el Sucot, los dulces son platos que no pueden faltar.
En Italia celebran la Semana Santa con pan pascual, en España con buñuelos, mientras que los dominicanos la celebran degustando las deliciosas habichuelas con dulce. Y no es una cuestión de preferencia, es que para nosotros no existe una Semana Santa sin este plato tan dominicano.
Todo parece indicar que el protagonismo de los dulces en estas celebraciones es una forma de recompensar al cuerpo luego de los períodos de ayuno y sacrificio que los caracterizan.
Por eso en la Cuaresma el menú local se transforma incluyendo las habichuelas con dulce que, según explica el sociólogo y folclorista Dagoberto Tejeda, es una expresión original de la creatividad del dominicano.
El historiador José Guerrero, en sus investigaciones sobre las habichuelas con dulce, menciona unos frijoles dulces que se hacían en Francia como un posible antecedente. Sin embargo, no existe ni en Francia ni en Haití habichuelas con dulce ni datos documentales sobre ellas, por lo que Tejeda sostiene su tesis de que el plato es puramente dominicano.