Por:Marilyn Ventura
El revuelo causado este fin de semana por la expulsión y suspensión de varios colegas y amigos de la Asociación de Cronistas de Arte (ACROARTE) ha trascendido de manera negativa a los medios de difusión.
El tema se ha colado de forma aviesa y dañina por todas partes convirtiéndose en una "payasada mediática", donde sin dudas la más perjudicada ha sido la institución que agrupa a los cronistas de espectáculos de la República Dominicana.
El comité disciplinario que preside la comunicadora Wanda Sánchez luego de recibir varios expedientes con faltas de los periodistas Joseph Cáceres, Juan Carlos Jiménez, Joseph Tavárez, Robert Sánchez y Aridio Castillo decidió tomar medidas drásticas y un tanto apresuradas con suspensiones y expulsiones que pudieron evitarse.
A nuestro entender pudo manejarse de una forma diferente a través del diálogo con los implicados, donde estos tuvieran la oportundiad de ser oídos y argumentar una defensa en su favor o quizás una disculpa pública que pudiera retroceder las medidas que se tomaron.
Siempre hemos sido promotores de la libertad de expresión y el derecho que le asiste a cada ser humano de manifestar lo que siente, por lo que no compartimos el hecho de estas sanciones a los compañeros de ACROARTE.
Lo penoso de todo esto es que en lo adelante a ACROARTE le espera un proceso judicial que pudo evitar, debido a que los expulsados elevarán un recurso de amparo en los tribunales del país, situación que de seguro se extenderá por un largo tiempo y llevará al descrédito a la entidad que acaba de salir de un espinoso episodio con la familia de Casandra Damirón por el nombre de su premiación.