Por:Claudio Concepción
El talk show “Caso Cerrado”, que produce la doctora Ana María Polo,
es un bastión de popularidad en nuestro país. La corte dramatizada más
famosa de Latinoamérica, y a propósito, uno de los programas estelares
de la cadena Telemundo; prácticamente sin competencia.
La televisión dominicana está lejos de poder realizar talk shows
dramáticos emocionales, porque la cultura nuestra impide la
participación abierta y entusiasta, cosa que creo, necesaria como
válvula de escape, desintoxicación sentimental, práctica intelectual y
convivencia social.
No obstante, mucha gente es reticente a creer que la participación,
el montaje de muchos de estos programas sean casos reales. A los
dominicanos les resulta inverosímil, curioso, chocante y hasta
tragi-cómico.
La dominicana Nancy Álvarez también encaja en esta
reticencia con su espacio, en el que hace, lo que nunca pudo hacer aquí,
a pesar de ser profesional de la psicología. Si viniera ahora, a eso,
tampoco le saldrían las cuentas.
Pues si… La gente vive curiosa al respecto sobre la veracidad de las
historias. Eso sí, que si fueran recreados, nos importa poco, lo que
importa es el show; el merodeo es que, es nuevo para los dominicanos a
pesar de que tienen décadas presentándose en la pantalla chica, la gente
no sale de su asombro en cada entrega.
Y no más dice. No, pero ahí se ven cosas; se aprende si, se relaja,
se distrae, y se observan otras culturas y formas legales. Significando
que aquí a los más locos y locas no se les ocurriría airear cosas
íntimas, como las que allí se exteriorizan, y así van…vamos, de asombro
en asombro. La curiosidad se anida, ante tanta espectacularidad, drama y
sensacionalismo.
Aunque dominicanos residentes en los Estados Unidos se presenten con
sus casos raros, casi siempre denostadores, que la doctora Polo nada más
se retuerce explicando con gestos, sin palabras su desagrado; y no nos
envía saludos frecuentes, como a los mexicanos; asuntos, como si fueran
seleccionados a propósito para desacreditarnos; argumentos que nos
revelan como de lo peor; aquí no lo harían. Y entonces la gente se
pregunta, por qué lo hacen, qué los mueve, cual e$ la energía?
La verdad que la cuestión ley revela a una sociedad diferente,
desarrollada, que protege una serie de aspectos que aquí, ni en sueño
(soy medio inocente), ver a la gente exigiendo cosas que para nosotros
es un absurdo, también constituye un elemento de aprendizaje sobre la
valoración y el estilo de conformación socioeconómica.
La participación médica, legal, psicológica, el equipo de seguridad,
la dinámica de la Corte, todo ese despliegue de esnobismo es llamativo
para la teleaudiencia dominicana, sobre todo de los sectores más
populares. Solo nos queda encarecidamente pedirles a los dominicanos
residentes allí, que se conviertan en portavoces de nuestros mejores
valores. Que tenemos muchos.