Por definición, para que un artista alcance la fama necesita talento y,
tal vez, un poco de suerte. Lo que es indiscutible es que sin dinero el
camino hacia el éxito será imposible. Pero, ¿cuánto puede costarle a un
grupo o solista saltar al mercado en las grandes ligas de la industria?
Sin duda, tener material discográfico es la parte fundamental. “Tener un disco le da credibilidad al artista”, asegura Paola España, especialista en gerencia de marketing que trabaja con figuras de la talla de Carlos Vives, Don Tetto y ChocQuibTown. Ahora bien, la grabación con un productor reconocido podría costar entre US$50.000 y US$80.000. Pero eso es sólo el principio.
Hay que partir de la base de que el artista, si arranca de ceros, necesitará como mínimo un año para darse a conocer, sin contar el tiempo de composición y grabación del material discográfico. Y es que la industria de hoy es más exigente y tiene más aristas que antes.
En la actualidad no basta con grabar el disco, sonar en radio y salir de gira. Las nuevas tecnologías han supuesto que los músicos tengan que hacer trabajo de redes sociales, que se consigan un lugar en los servicios digitales de música y que, además, sigan en contacto con las formas tradicionales de promoción, como hacer tour por medios de comunicación y figurar en las programaciones de emisoras y canales musicales de televisión. Para esto último es necesario recordar que se necesita un videoclip, que puede rondar los $10 millones.
Todo esto, por supuesto, puede realizarse de la mano con una agencia de manejo de medios, que le cobrará, por el básico de diez meses, alrededor de $5 o $6 millones mensuales. Es decir, a lo menos, se tienen que desembolsar $60 millones en la promoción inicial.
Sin duda, tener material discográfico es la parte fundamental. “Tener un disco le da credibilidad al artista”, asegura Paola España, especialista en gerencia de marketing que trabaja con figuras de la talla de Carlos Vives, Don Tetto y ChocQuibTown. Ahora bien, la grabación con un productor reconocido podría costar entre US$50.000 y US$80.000. Pero eso es sólo el principio.
Hay que partir de la base de que el artista, si arranca de ceros, necesitará como mínimo un año para darse a conocer, sin contar el tiempo de composición y grabación del material discográfico. Y es que la industria de hoy es más exigente y tiene más aristas que antes.
En la actualidad no basta con grabar el disco, sonar en radio y salir de gira. Las nuevas tecnologías han supuesto que los músicos tengan que hacer trabajo de redes sociales, que se consigan un lugar en los servicios digitales de música y que, además, sigan en contacto con las formas tradicionales de promoción, como hacer tour por medios de comunicación y figurar en las programaciones de emisoras y canales musicales de televisión. Para esto último es necesario recordar que se necesita un videoclip, que puede rondar los $10 millones.
Todo esto, por supuesto, puede realizarse de la mano con una agencia de manejo de medios, que le cobrará, por el básico de diez meses, alrededor de $5 o $6 millones mensuales. Es decir, a lo menos, se tienen que desembolsar $60 millones en la promoción inicial.
A esto habría que añadirle las millonarias
sumas que pueden resultar de tiquetes aéreos, hospedaje y alimentación,
lo que dependerá del lugar que se escoja para el tour. También hay que
tener en cuenta que hay variables en el manejo de prensa. Por ejemplo,
sólo vincular al artista a una emisora, a través de concursos y
publicidad, podría incluso triplicar los $50 millones básicos.
El
material gráfico es indispensable. En fotografía para el disco y la
promoción en prensa, un fotógrafo con trayectoria puede llegar a cobrar
entre $8 y $10 millones por 20 fotos que se pueden hacer a lo largo de
un año.
Ahora, ¿de dónde sacan los nuevos talentos este dinero? Paola España afirma: “Los papás. Son ellos los que ayudan a sus hijos mientras están comenzando. Luego buscan marcas, de ropa por ejemplo, para conseguir los recursos que necesitan”. Si no, está el hada madrina que muchos buscan: la disquera. Ésta asumirá todos esos gastos, que pueden ir de los $300 millones en adelante, e irá cobrando un porcentaje de lo que se produzca en ventas.
Pero, es claro que no todos los talentos podrán encontrar un lugar en las grandes discográficas, pues son contados los artistas del país que tienen el respaldo de grandes sellos. Sony Music tiene en su catálogo alrededor de 40 nacionales, de los cuales 18 han sido prioridad los últimos dos años.
Ahora, ¿de dónde sacan los nuevos talentos este dinero? Paola España afirma: “Los papás. Son ellos los que ayudan a sus hijos mientras están comenzando. Luego buscan marcas, de ropa por ejemplo, para conseguir los recursos que necesitan”. Si no, está el hada madrina que muchos buscan: la disquera. Ésta asumirá todos esos gastos, que pueden ir de los $300 millones en adelante, e irá cobrando un porcentaje de lo que se produzca en ventas.
Pero, es claro que no todos los talentos podrán encontrar un lugar en las grandes discográficas, pues son contados los artistas del país que tienen el respaldo de grandes sellos. Sony Music tiene en su catálogo alrededor de 40 nacionales, de los cuales 18 han sido prioridad los últimos dos años.
“Uno de la talla de Carlos Vives puede requerir una inversión de US$4 o US$5 millones por lanzamiento”, asegura Luis Alberto Laverde, director comercial de esa disquera. Para terminar de hacerse la idea, Warner Music, otro de los gigantes del negocio, no tiene ningún colombiano en su catálogo. Entonces, ¿cuáles son las opciones para un talento que quiere darse a conocer?
Cuando la Estatua de la Libertad llegó a Nueva York en 350 pedazos, en 1885 y como un regalo desde Francia, sus habitantes empezaron a ingeniarse la forma de poder costear la base que sostendría la figura que da la bienvenida al puerto de la ciudad.
A Jospeh Pulitzer, el reconocido editor cuyo apellido dio
nombre a los premios de periodismo más famosos del mundo, se le ocurrió
convocar a todos los neoyorquinos a que ayudaran a reunir los US$250.000
(US$6,3 millones en dinero de hoy) que se necesitaban para construir el
pedestal. 160.000 personas contribuyeron y la base se pudo pagar. Ese
fue el primer gran proyecto que prosperó en Estados Unidos con el método
del crowdfunding o financiación colectiva.
Casi 130 años después, una iniciativa de financiación participativa para proyectos culturales en Francia, “My Major Company”, inspiró a dos parisinos y un colombiano para lanzar Uonset, la primera plataforma de crowdfunding para artistas en Latinoamérica.
Casi 130 años después, una iniciativa de financiación participativa para proyectos culturales en Francia, “My Major Company”, inspiró a dos parisinos y un colombiano para lanzar Uonset, la primera plataforma de crowdfunding para artistas en Latinoamérica.
A través de Uonset, los seguidores de
una banda o un cantante pueden ayudarle con dinero, ya sea haciéndose
socios y recibiendo una contraprestación por las ganancias del artista, o
apoyando a cambio de pequeñas recompensas, como una dedicatoria de una
canción o un encuentro personal con su ídolo.
“Uonset busca romper con el esquema tradicional de la industria musical, sobre todo con el obstáculo que representa el que una disquera decida asumir los riesgos de invertir en un artista”, dijo Sebastián Vallejo, vocero y cocreador de Uonset, en conversación con El Espectador.
Junto con
Sebastián, Marion y Edouard Normand, una pareja francesa de recién
casados, fueron los cerebros de esta iniciativa. Los Normand se
conocieron con Sebastián Vallejo en Bogotá en octubre pasado, y en
diciembre estrecharon las manos para empezar el negocio, que lleva menos
de un mes en funcionamiento.
Ahora bien, una limitación que suelen tener los proyectos que buscan respaldar artistas es que su popularidad se queda dentro del círculo de músicos, es decir, el público los desconoce. “Es por eso que el manejo de redes sociales es clave y que los grupos y los solistas promuevan la plataforma en su página de Facebook”, asegura Sebastián Vallejo.
Por su parte, Juan Manuel Castillo, bajista de la banda bogotana Interlight, dice: “Ese tipo de recursos son útiles, sobre todo para los nuevos en la escena musical. Se crean cadenas no sólo entre bandas, sino con el público”.
Felipe Szarruk, músico y creador de Subterránica y la Asociación de Músicos Independientes, considera, sin embargo, que el país no está preparado para brindar este tipo de apoyo a los artistas. “La plataforma es genial, pero no creo en el colombiano. No hay la suficiente cultura del comercio virtual. Aquí deberían, por un lado, implementarse las tarjetas de crédito prepago y, por otro, generarse más conciencia de apoyo a músicos”.
Ahora bien, una limitación que suelen tener los proyectos que buscan respaldar artistas es que su popularidad se queda dentro del círculo de músicos, es decir, el público los desconoce. “Es por eso que el manejo de redes sociales es clave y que los grupos y los solistas promuevan la plataforma en su página de Facebook”, asegura Sebastián Vallejo.
Por su parte, Juan Manuel Castillo, bajista de la banda bogotana Interlight, dice: “Ese tipo de recursos son útiles, sobre todo para los nuevos en la escena musical. Se crean cadenas no sólo entre bandas, sino con el público”.
Felipe Szarruk, músico y creador de Subterránica y la Asociación de Músicos Independientes, considera, sin embargo, que el país no está preparado para brindar este tipo de apoyo a los artistas. “La plataforma es genial, pero no creo en el colombiano. No hay la suficiente cultura del comercio virtual. Aquí deberían, por un lado, implementarse las tarjetas de crédito prepago y, por otro, generarse más conciencia de apoyo a músicos”.
Para él, la plataforma funcionaría muy bien para artistas que
ya son reconocidos y que tienen dinamismo en los medios de comunicación.
“Los que nos movemos en la música somos los mismos y nos conocemos
todos, pero dentro del círculo. Si fuera Cali y el Dandee claro que
sería un éxito, pero no pasa lo mismo con la escena musical que no tiene
tanto espacio en los medios”.
www.elespectador.com
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