Por:Marilyn Ventura
Cuando una planta televisora, una empresa y hasta el mismo público veta a un artista es porque definitivamente ha faltado a los niveles de responsabilidad, respeto y buenas costumbres.
El hecho de querer complacer a un segmento de la sociedad, que por lo regular se convierte en minoría, en ocasiones resulta perjudicial para el artista que busca satisfacer esa población.
Desde letras morbosas, mala conducta e indisciplinas que no se pueden tolerar, representan algunos de los excesos que cometen muchos de los protagonistas del mundo del entretenimiento.
Todo parece indicar que estos artistas no miden consecuencias ni repercusión en el público que lo sigue y en la sociedad en sentido general.
Es preciso analizar punto por punto las consecuencias que pueden acarrear nuestros hechos, sin dejarnos llevar de la fiebre del momento, la vorágine de la fama y lo permisivo del medio donde nos desenvolvemos.
En el mundo de la música se da mucho la lírica de doble sentido, más en nuestro país donde el lenguaje es muy vulnerable, pero también se puede filtrar en artistas internacionales que no le temen al descrédito ni la controversia.
Enfoquemos nuestras carreras, sin importar en que área nos desempeñemos, por el mejor de los senderos, entendamos que lo que hacemos hoy nos acercará mañana al lugar que queremos ocupar algún día.