SANTO DOMINGO. El presidente de la Alianza por la Democracia dijo que “hay gato entre macuto” en la demanda de un pago adicional de 708 millones de dólares de parte del consorcio que construye las plantas de Punta Catalina.
Max Puig dijo que la exigencia de Odebrecht y sus socios ha sido provocada por el manejo turbio del proyecto desde sus inicios.
“Es el propio gobierno el que le ha abierto la brecha al reclamo y al chantaje de las empresas contratistas de Punta Catalina”, expresó el dirigente apedeísta.
Considera que la raíz de este chantaje se encontraría en informaciones que dispondría el consorcio sobre los acuerdos secretos y los pagos de comisiones ilegales a altos funcionarios gubernamentales confesados por Odebrecht.
Para Puig la licitación y la construcción de las plantas de carbón de Punta Catalina se han manejado con muy limitada transparencia desde un principio.
“Las escasas informaciones disponibles hasta ahora sobre el reclamo de pagos adicionales confirman sospechas expresadas desde hace tiempo”, aseveró el catedrático y presidente de la APD.
Destaca entre estas el papel decisivo que habría jugado el cambio de lugar de ejecución del proyecto de Hatillo, Azua, a Punta Catalina, Peravia, el cual fue modificado de manera sorpresiva a escasas semanas de vencerse el plazo de presentación de ofertas para la licitación.
Puig considera que ese cambio de ubicación tuvo como propósito afectar las empresas que competían con Odebrecht para la obtención del contrato.
Explica que, aún disponiendo de información privilegiada, como todo indica que la obtuvo, Odebrecht se vio precisada a hacer estudios precipitados para la construcción de la planta en el nuevo lugar escogido.